Está por comenzar el play off final de la temporada 54 de la
pelota cubana entre Ciego de Ávila e Isla de la Juventud con anuncios de fiesta
en Gerona pase lo que pase.
A los Tigres avileños se le da como favoritos (yo me incluyo
desde que comenzaron los enfrentamientos directos) por su buen trabajo entre
picheo, bateo y defensa por ese orden. Algo que cumple con la máxima de que en
el béisbol gana el que menos carreras permita, y de eso Granma aún no aprende.
Los Piratas isleños se ganaron a la afición del archipiélago
por su coraje y espíritu de lucha inspirados en su Gran Capitán Michel Enríquez,
ante el cual Eduard Teach “Barba Negra”, Jeireddin Barbaroja, Francis Drake o Henry
Morgan les sobra el sombrero en la cabeza en un terreno de béisbol.
Fueron ellos los que liquidaron a los cadavéricos Leones de
la capital e hicieron un soberano abordaje en el Victoria de Girón haciendo
descargas mortales sobre un conjunto que los subestimó.
Unos dicen que es Dios, el gran Arquitecto o Los Extraterrestres;
pero lo cierto es que la cosecha divina llega a los que siembran espinas.
El último de los cuatro grandes que pudo el último día pasar
a los play off era Pinar del Río. Lo dirigidos por Alfonso Urquiola jugaron un
partido de altas tensiones frente a un enemigo íntimo como Artemisa.
Muchos de estos jugadores fueron escolares y juveniles en
vueltabajo y marcharon (les fueron) a la nueva provincia pues los técnicos decían
que no tendrían cabida en equipo pinareño. De ahí que los dos primeros juegos
no fueran muy difíciles, pero en el último el espíritu de profesionalidad y venganza
los llevó a jugar un partido letal.
Al final los del brujo del diamante lograron la barrida y
esperaban por lo que pasaría en la noche en el Latinoamericano. Allí los azules
y los pineros, que debieron jugar a la misma hora que artemiseños y pinareños
pero la “orden” no fue dada, escenificaron una buena obra de teatro en la grama
del coloso del cerro. Los de casa hicieron su más pálido esfuerzo ante unos
piratas que si querían el tesoro.
Dicen fuentes cercanas a la cúpula directiva de Matanzas que
su director realizó llamadas “amistosas” a Artemisa para recordar cuan valiosa
era la profesionalidad para jugar al béisbol a pesar de no jugarse nada.
También extendió la comunicación hacia La Habana para no hacer olvidar el gran
trabajo que había hecho la Isla en esta temporada y que sería muy lamentable
que encallaran en la orilla al final de la tormenta.
Pues escoger rival le salió mal señor Victor Mesa, como
también le han salido mal todos los trabajos que ha convocado desde el más
allá. Tiene que pedir garantías a su padrino, porque su inestable fórmula para
dirigir ya sabemos que da.
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