jueves, 13 de julio de 2017

Historia sobre los "Zombis de Metal"



Son las 10am en Cuba y las 4pm en España por lo que Yoanky llega al parque central de San Juan y Martínez para usar el servicio de wifi con su Smartphone y comunicarse por “IMO” con su novia europea. Él está sudoroso por el calor veraniego del verde caimán y desea sentarse en un banco, pero todos están ocupados. 
De pronto comienza a nublarse la mañana nuevamente y su mirada encuentra un oasis en medio del nutrido lugar, y hacia allá va a tomar un poco de comodidad.

El espacio escogido por Yoanky y otra muchacha que lo imita con dos acompañantes, es una pieza de piedra de poco más de 2 metros de alto por 3,5 de ancho, de la que en su parte inferior sobre sale un espacio que sirve para que estos dos muchachos se sienten de espaldas al muro dónde está enclava una obra de arte forjada en bronce en honor al patriota y héroe local Martín Herrera.

Este es un hijo pródigo de la antigua villa de “Dulce nombre de Jesús”, como se le conoció en 1875 a la entonces aldea de San Juan y Martínez, hasta que tres años más tarde tomó el título de Municipio. El señor Herrera fundó junto a otros coterráneos la logia masónica Fiat Lux, la más antigua de la localidad en funciones, de la cual fue su primer Venerable Maestro. Una jerarquía que le llegó de la misma forma en la que levantó la admiración y amistad del apóstol José Martí, al punto de nombrarlo como su representante en vueltabajo durante el proceso de preparación de la guerra necesaria.

No hay necesidad de quitarse el polvo del camino para encontrar este monumento, pues está en el lugar dónde termina la carretera de unos 30 kilómetros que separa a la ciudad de Pinar del Río del centro de la localidad sanjuanera. Pero si algún admirador desea adentrarse en esta línea de tiempo, puede caminar unos 200 metros para ver desde la calle la casa dónde este personaje histórico vivió sus últimos días. Y también, como lo ha hecho Yoanky antes de “ir a conectarse en la wifi”, pedir un turno para cortarse el cabello o entablar un debate sobre cuál es el mejor fútbol del mundo con una parte de la juventud local.

A las 10:30am Ana, una sanjuanera con medio siglo de vida, escucha al pasar una conversación despertiva de dos hombres comtemporaneos con ella, respecto a la imagen de las personas sentadas en el monumento. Ellos esperan un taxi en el parque para ir a Pinar del Río junto a una veinteañera que lleva el mismo destino.

La mujer no pierde chance para expresar sus pesares al respecto de la misma forma que lo hacen muchos de su generación: …”esto pasa en todos lados de Cuba. Esta juventud está perdida”… Pero después reflexiona cuando la jóven a su lado le replica: “…no es solo culpa de la juventud, porque a la juventud de hoy la criaron los jóvenes de ayer…”

Después de escuchar estas palabras, uno de los hombres se acerca a Yoanky y le dice: -Jóven. ¿Usted sabe que está sentado sobre un monumento a Martín Herrera, uno de los patriotas más grandes de nuestro municipio? ¿No cree usted que debería sentarse en otro lugar? 

 -A lo que Yoanky responde: “No mi puro. Me entero por ti. Pero yo no tengo tiempo pa´ eso ahora, que se me acaba el tiempo de la cuenta Nauta y estoy hablando con la jevita. ¡Que hace falta "viajal"! A sí que me disculpa, pero hasta que yo no termine no me levanto de aquí…”