Son las 10am en Cuba y las 4pm en
España por lo que Yoanky llega al parque central de San Juan y Martínez para usar el
servicio de wifi con su Smartphone y comunicarse por “IMO” con su novia
europea. Él está sudoroso por el calor veraniego del verde caimán y
desea sentarse en un banco, pero todos están ocupados.
De pronto comienza a nublarse la mañana nuevamente y su mirada encuentra un oasis en medio del nutrido lugar, y hacia allá va a tomar un poco de comodidad.
De pronto comienza a nublarse la mañana nuevamente y su mirada encuentra un oasis en medio del nutrido lugar, y hacia allá va a tomar un poco de comodidad.
El espacio escogido por Yoanky y otra
muchacha que lo imita con dos acompañantes, es una pieza de piedra de poco más de 2 metros de alto por 3,5 de
ancho, de la que en su parte inferior sobre sale un espacio que sirve para que estos
dos muchachos se sienten de espaldas al muro dónde está
enclava una obra de arte forjada en bronce en honor al patriota y héroe local
Martín Herrera.
Este es un hijo pródigo de
la antigua villa de “Dulce nombre de Jesús”, como se le conoció en 1875 a la
entonces aldea de San Juan y Martínez, hasta que tres años más tarde tomó el
título de Municipio. El señor Herrera fundó junto a otros coterráneos la logia
masónica Fiat Lux, la más antigua de la localidad en funciones, de la cual fue su primer Venerable Maestro.
Una jerarquía que le llegó de la misma forma en la que levantó la admiración y
amistad del apóstol José Martí, al punto de nombrarlo como su representante en
vueltabajo durante el proceso de preparación de la guerra necesaria.
No hay necesidad de quitarse el polvo
del camino para encontrar este monumento, pues está en el lugar dónde termina
la carretera de unos 30 kilómetros que separa a la ciudad de Pinar del Río del
centro de la localidad sanjuanera. Pero si algún admirador desea adentrarse en esta
línea de tiempo, puede caminar unos 200 metros para ver desde la calle la casa
dónde este personaje histórico vivió sus últimos días. Y también, como lo
ha hecho Yoanky antes de “ir a conectarse en la wifi”, pedir un turno para
cortarse el cabello o entablar un debate sobre cuál es el mejor fútbol del
mundo con una parte de la juventud local.
A las 10:30am Ana, una sanjuanera
con medio siglo de vida, escucha al pasar una conversación despertiva de dos
hombres comtemporaneos con ella, respecto a la imagen de las personas sentadas
en el monumento. Ellos esperan un taxi en el parque para ir a Pinar del Río
junto a una veinteañera que lleva el mismo destino.
La mujer no pierde chance para
expresar sus pesares al respecto de la misma forma que lo hacen muchos de su
generación: …”esto pasa en todos lados de Cuba. Esta juventud está
perdida”… Pero después reflexiona cuando la jóven a su lado le replica: “…no
es solo culpa de la juventud, porque a la juventud de hoy la criaron los
jóvenes de ayer…”
-A lo que Yoanky responde: “No mi puro. Me entero por ti. Pero yo no tengo tiempo pa´ eso ahora, que se me acaba el tiempo de la cuenta Nauta y estoy hablando con la jevita. ¡Que hace falta "viajal"! A sí que me disculpa, pero hasta que yo no termine no me levanto de aquí…”