martes, 20 de octubre de 2015

La lluvia, la pelota, la cultura y los demonios.

Swing al primer lanzamiento, para que suene la grada desde el comienzo. Sí, porque la lluvia normal de estos meses va a permitir jugar. Esa que ha llegado después de una sequía abrumadora y que no quiere pero satura el campo dañado de tanto uso sin preservar, que ha terminado convirtiéndose en maltrato.

En este 20 de octubre, día cumbre de las jornadas por la cultura nacional, no habrá nuestro querido béisbol en la televisión. Pero tendremos a mi amado fútbol en la tarde y la noche. Del espléndido, del que se juega en la Liga de Campeones de Europa. Por suerte para la señorial y maltratada cultura cubana, Multivisión nos dejó esa película que siempre necesitaremos, Conducta. En esta mañana gris y lluviosa para todo el archipiélago.

El calendario de la Serie Nacional, el que ha sido confeccionado por los que evidentemente no fueron alumnos de alguna Carmela del béisbol (dígase Carneado, Juan Ealo, Fuentes, Cortina y de más), nos da un hueco entre semana para dejar a un lado nuestra la liga en la que proliferan más la sequía del buen hacer, los Chalas y sus socios, que los Casanova, Linares, Medina, Pacheco, Kindelan, Contreras, Duque, Lazo y Ramírez.

Dado este “tiempo fuera”en el programa competitivo y sin dejar a un lado mi apasionante balompié, se pudo haber colocado uno o dos juegos de las series de campeonato de las por suerte o algo más…ya no “mal llamadas” Grandes Ligas que se juegan por estos días.

Que agradable para el paladar deportivo y cultural unos juegos para disfrutar, con o sin el audio editado y cortado a propósito, de la mejor pelota del mundo. De esa donde los cubanos también juegan, y juegan y aprenden tan bien como el resto de los amantes al mundo béisbol.

Tan beneficioso sería para nuestra cultura deportiva, que nos haría rescatar valores y memorias tan grandes
para nuestras actuales generaciones, que no se quedarían pequeñas ante el empuje de “catiguria” intelectual que inunda a los alumnos de las sucesoras de Carmela, ante la categoría de los monstruos futbolísticos del Bayer, Barça, Madrid, Manchester o Juventus.

Quizás los decisores de la programación deportiva de la televisión estaban en la misma aula que los de la comisión nacional de béisbol; se fijaban por la ventana para comprobar la prueba con los vecinos y de repente se daban cuenta que “no entendían nada”…