miércoles, 3 de junio de 2015

Cuba en el Cosmos



La presentación de la selección nacional cubana de fútbol frente al Cosmos de Nueva York de la NASL (Liga de la Asociación Nacional de Fútbol), nos dejó una perspectiva más real de donde nos encontramos en el cosmos futbolístico, después de correr en canchas quijotescas tras la excelente y sobrevalorada (vale esta valoración) actuación de los Juegos Centroamericanos de Veracruz.

Un equipo de segunda división de Estados Unidos, muy lejos de ser una referencia futbolística, nos goleó por 1-4. Esa es la primera y más fuerte anotación para la libreta técnica. Desde aquí, la deconstrucción de la demostración que nos brindó el Cosmos de Pelle y Raúl.

En la cancha vimos un equipo con jugadores de un nivel regular, con potencialidades de tercera línea mundial (Liga Adelante, Segunda B, Serie B y C o Bundesliga 2 y Liga 3), en la que pudieran jugar varios de nuestros atletas (Ariel Martínez, Jorge Luis Corrales, Andy Baquero, Sandy Sánchez, Alejandro Guerra y otros que faltaron como Yórdan Santacruz o Daniel Luis Sáenz) y no lo hacen por los años de aislamiento y la lentitud en el trabajo burocrático que le lleva a la Federación y Comisión Nacionales de Fútbol dar el paso ante la Dirección Nacional de Deportes para que sus atletas sean contratados en el exterior con regularidad; sin que sean ellos los que se busquen la vida a cuenta y riesgo.

Pero también vimos a un conjunto con una disciplina táctica bien trabajada, como debe ser para un equipo que se prepara todos los días, por un entrenador (Giovanni Savarese) que aprendió a estudiar su deporte desde una panorámica actual y con recursos, para de esa manera establecer su formación y cuerpo técnico según sus necesidades y posición jerárquica. Lo cual es una diferencia notable con nuestro equipo que basa su selección en cuanto a méritos y asociaciones logradas en la línea de fuego que representa el campeonato nacional y los eventos internacionales.

En la Habana aterrizó,junto al equipo que aspira a llegar a la MLS y ser el tercero de Nueva York, un ejército de directivos, asesores, periodistas de varios medios de comunicación, guardaespaldas e invitados del Cosmos que marcaron el terreno de: “…nosotros hacemos deporte y ustedes evolucionan hacia este concepto desde lo que conocemos como actividad física…” Pues como un espectáculo más, lleva recursos e inversión para generar ganancias y así mantener la exigencia competitiva; ya que si no se tratara de competir para demostrar una superioridad, entonces no tratemos de lidiar en este mundo.

El Estadio Pedro Marrero de la Unión Atlética de Cuba en la Habana fue colmado por miles de aficionados quienes bajo una llovizna pertinente, que ablandó el terreno, entraron como estampida en varios momentos debido a que las puertas de la instalación se abrieron 2 horas antes de que comenzara el choque.


Por los pasillos encharcados en el agua que se filtró desde el tejado se trasladaron los aficionados buscando un lugar donde sentarse con sus bebidas y alimentos proporcionados por los diferentes puestos de ventas colocados bajo estas condiciones.

Desde esas mismas gradas, los jugadores de las selecciones nacionales de fútbol que entrenan y viven en la academia nacional de fútbol en el estadio Pedro Marrero, vieron en la distancia al ídolo brasileño y mundial Pelé, saludar por un minuto al público desde el balcón donde se encontraban amigos e invitados de los directivos de nuestro fútbol para también ver a esa reconocida figura mundial.


Si a todos esos puntos le añadimos por costumbre el funcionamiento erróneo de la defensa en los goles rivales, el trabajo torpe del mediocampo en marca, como sobre un Raúl que trotó todo el juego y gestó el ataque de su equipo; la ausencia de sinapsis en la creación y finalización de las varias jugadas de ataque que se lograron, completamos la fórmula del 1-4 sobre una selección que vuelve a dirigir Raúl González Triana basada en su equipo mundialista sub-20 y bronce centroamericano sub-21, y que ahora debe luchar en la eliminatoria hacia Rusia 2018 ante las selecciones mayores de la CONCACAF.

Es muy positivo el encuetro por la siginificación deportiva, social y política que tiene para los cubanos pero Triana, el técnico de mejor trabajo en el país y pupilo del peruano Miguel Company, deberá cargar sobre sus hombros el destino de la selección mayor de Cuba en un área convulsa por los escándalos de la FIFA y que ahora tras la dimisión del benefactor Josep Blatter tiene un horizonte difuso para seguir definiendo nuestro lugar en el cosmos del fútbol.